Bienvenid@s

En este espacio iré dejando cosillas que me llamen la atención. Habrá noticias, curiosidades y reflexiones sobre temas que hayamos tratado en clase y/o que me interesen especialmente. Mi intención es haceros pensar... y pensar yo también.

viernes, 8 de febrero de 2008

Reflexiones finales del curso

Debo comenzar diciendo que, al principio de curso, la idea de construir un blog individual donde teníamos que ir dejando resúmenes y noticias no me llamaba mucho la atención. Quizás esto fuera poque yo no soy muy dada a dejar comentarios a modo de diario, y menos aún a través del ordenador. Sin embargo, y para sorpresa mía, en estos cuatro meses he sabido sacar el lado positivo a todo esto.

Desde que me creé el blog he ido dejando constancia de lo que me llamaba la atención, no sólo en clase, sino también de fuera de ella. Mi interés ha sido y es muy variado; desde noticias de prensa actuales hasta mitos y métodos relacionados con lo que veíamos en el aula.

El hecho de interesarme y querer buscar información para publicarla en el blog lo considero muy positivo. Es una forma de aprender, de profundizar más sobre lo dado en clase, y lo que era un requisito de la asignatura se ha convertido, en mi caso, en una distracción o hobbie del que se puede y debe sacar provecho.

También es cierto que mi implicación con el blog no ha sido la misma desde la vuelta de navidades. Esto se debe principalmente a que me he visto más ocupada con trabajos y prácticas de otras asignaturas. Aún así he seguido al día el resúmen del libro de Sweezy y el trabajo en grupo que había que exponer.

En cuanto a las clases, creo que lo más destacable es su dinámica. El ser un grupo no demasiado grande ha sido beneficioso. Hemos podido debatir e intercambiar ideas con más facilidad, además de conocernos (a muchos de mis compañeros les conocía solamente de vista, a pesar de llevar tres años estudiando lo mismo). El lado negativo es que cuando más confianza y ritmo se le coge a la asignatura es justo a la vuelta de vacaciones, que coincide casi con exámenes y el final del cuatrimestre, y por tanto, de la asignatura.

El comienzo del curso sirve como ejemplo del intercambio de ideas del que hablo. La práctica en grupos improvisados a cerca de lo que opinamos de nuestra facultad fue una buena toma de contacto entre los alumnos, que (en mi opinión) hizo perder un poco la vergüenza a hablar y debatir en clase.

Por otra parte, la metodología que hemos seguido durante estos meses ha sido algo bastante novedoso para mí. En la facultad, casi ninguna asignatura (por no decir ninguna) se imparte de esta manera. Normalmente el profesor explica la teoría y los alumnos tomamos apuntes.
Siguiendo nuestra metodología hay más fluidez de conocimiento, puesto que todos, tanto alumnos como profesor, hemos participado en el aula aportando nuestras experiencias. Así es como funciona la Action-Research, metodología del conocimiento donde todo el mundo cumple una función y es importante. De esta forma no se si se aprende más, pero sí que se aprende mejor. Las experiencias de mis compañeros me han servido como aprendizaje propio y viceversa. Han sido cuatro meses de aprendizaje, pero a la vez, de enseñanza mutua; lo que hace que todas estas experiencias y reflexiones del aula se interioricen mucho más y se puedan aplicar a otras situaciones y conocimientos posteriores.

Además está el trabajo en grupo. Cada uno de los miembros de mi equipo hemos buscado información para después ponerla en común. El tema de nuestro trabajo era la marginación social y ejemplos de ella en el arte. Así pues, no sólo he aprendido sobre el trabajo infantil (tema del que me quise documentar personalmente y que luego expuse) sino también de otros sectores y causas de marginación social que analizaron mis compañeras de grupo, como son las enfermedades, la prostitución y las drogas.
Además la metodología y la organización en los trabajos de grupo dista mucho de la de los trabajos individuales. Como la mayoría de las veces los profesores piden trabajos individuales, creo que ha sido bueno recordar y reaprender a hacer trabajos en compañia de otros.

En aspectos "a tener en cuenta" destacaría dos. Por un lado el que la asignatura sea cuatrimestral condiciona bastante el desarrollo del programa de actividades. Como he mencionado antes, cuando la dinámica de la clase empieza a ser efectiva es cuando las clases se terminan. Por otro lado, y más a nivel personal, retomar el ritmo de la asignatura después de las navidades es más costoso. La lectura de Sweezy y el trabajo final requieren tiempo, tanto individual como de grupo, y se me hizo complicado compaginar ambos trabajos con el resto de entregas de otras asignaturas. Quizás haya sido mala organización mía, pero por lo que he observado en muchos de mis compañeros, si estos dos trabajos (los más extensos e importantes del programa) estuvieran más separados temporalmente, sería más fácil compaginarlos.


En resumen, y dejando a un lado estos dos contratiempos (nunca mejor dicho) de esta experiencia me llevo un buen recuerdo y, lo más importante, la sensación de haber aprendido. "En la diferencia está lo interesante" y eso es lo que me ha pasado con esta asignatura.


Hasta la próxima

miércoles, 16 de enero de 2008

Resúmen del libro de Sweezy


INTRODUCCIÓN Y CAPÍTULO 1

La economía es la ciencia que estudia la conducta humana como una relación entre fines y medios limitados que tienen diversa aplicación.Consideramos el sistema económico como una serie de relaciones interdependientes aunque conceptualmente discretas entre hombres y bienes económicos. El sistema económico no es considerado principalmente en términos de relaciones entre hombres y hombres (relaciones sociales) sino en términos de relaciones entre hombres y cosas.La teoría económica ha definido la palabra salario como el producto, ya se exprese en valor o en términos físicos, que es imputable a la actividad humana empeñada en un proceso productivo en general. El salario se convierte en una categoría universal de vida económica.

-El método de Marx
Marx era un resuelto partidario del método abstracto-deductivo. Aceptaba y practicaba el método de las aproximaciones sucesivas, que consiste en avanzar paso a paso de lo más abstracto a lo más concreto, eliminando suposiciones simplificantes en las etapas sucesivas de la investigación.El principio de la abstracción es por si mismo incapaz de rendir conocimiento.La principal preocupación de Marx era la sociedad en su conjunto, y muy especialmente el proceso del cambio social. La economía política es importante porque es en su esfera donde el ímpetu del cambio social ha de encontrarse. Marx no trataba de reducirlo todo a términos económicos sino que intentaba poner al descubierto la verdadera interrelación de los factores económicos y no económicos en el conjunto de la existencia social.Una vez alcanzada la conclusión de que la clave del cambio social se encuentra en los movimientos del modo de producción, Marx se dedico a un estudio completo de la economía política, desde el punto de vista de las leyes que rigen los cambios en el modo de producción.

Para Marx, la relación económica principal es la que existe entre capitalistas y obreros. Esta relación debe ser el centro de la investigación, el poder de abstracción debe ser utilizado para aislarla.
Marx escogió las formas de la relación capital-trabajo que surgen en la esfera de la producción industrial como la más importante de la sociedad capitalista moderna.El propósito legítimo de la abstracción en la ciencia social no es nunca alejarse del mundo real, sino más bien aislar ciertos aspectos del mundo real para fines de investigación intensiva. Por consiguiente, cuando decimos estar operando en un alto nivel de abstracción queremos decir que consideramos un número relativamente reducido de aspectos de la realidad.
Hay que hacer las tres preguntas que siguen relativas a las suposiciones simplificadoras que dan lugar a la crítica:

1. ¿están hechas con la debida consideración del problema que se estudia?
2. ¿eliminan los elementos no esenciales del problema?
3. ¿se abstienen de eliminar los elementos esenciales?
Si estas tres preguntas pueden ser contestadas en sentido afirmativo, podemos decir que se ha observado el principio de la abstracción apropiada. Este principio es de gran utilidad para la prueba de la pertinencia y validez de una parte considerable de la crítica a Marx.

El proceso del cambio social es más bien el producto de la acción humana, pero de una acción que esta limitada en forma precisa por la clase de sociedad en que tiene sus raíces. "Los hombres hacen su historia pero no la hacen exactamente a su gusto; no la hacen en circunstancias escogidas por ellos, sino en ya existentes, dadas y transmitidas del pasado. La sociedad cambia, y a la vez, dentro de ciertos límites, puede ser cambiada.


CAPÍTULO 2. EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO

El estudio de las mercancías es el estudio de la relación económica del cambio. Marx empieza por analizar la producción simple de mercancías, que es como decir una sociedad en la que cada productor posee sus propios medios de producción y satisface sus múltiples necesidades por el cambio con otros productores que se encuentran en situación similar.
Adam Smith sin embargo relaciona el cambio con la división de trabajo. Según Smith la división de trabajo es el origen de todo aumento en la productividad y es incapaz de concebir la división de trabajo independientemente del cambio. Para él, el cambio es anterior a la división de trabajo y causa de ella. Concibe ambas como las columnas que sustentan la sociedad civilizada. Así, la producción de mercancía (cuyas raíces están en la naturaleza humana) es la forma universal e inevitable de la vida económica. Desde este punto de vista los problemas de la economía política tienen un carácter exclusivamente cuantitativo.
Frente a lo anterior, Marx no niega la existencia de la relación entre la producción de mercancías y la división de trabajo, pero niega firmemente que ésta última esté ligada al cambio. La producción de mercancías no es la forma universal e inevitable de la vida económica sino una de las formas posibles de ésta. De esta forma, el economista debe dirigir su atención al carácter de las relaciones sociales subyacentes que nacen de la producción de mercancías, es decir; las tareas de la economía política no son sólo cuantitativas sino también cualitativas. Marx fue el primero en advertir la relación específica (cualitativa) existente entre productores. La originalidad de la teoría del valor de Marx reside en su aceptación de estos dos elementos de problema (el problema del valor cualitativo y el problema del valor cuantitativo).

-Valor de uso
Según Marx “Toda mercancía tiene un doble aspecto, el de valor de uso y el de valor de cambio”. El valor de uso no da a una mercancía ningún carácter peculiar; todos los objetos de consumo humano en todas las épocas y en todas las sociedades poseen igualmente valor de uso. El valor de uso expresa cierta relación entre el consumidor y el objeto consumido.
Marx excluía el valor de uso (utilidad) de la esfera de investigación de la economía política ya que no da cuerpo directamente a una relación social, esto es; observa directamente el requisito de que las categorías de la economía política deben ser categorías sociales, categorías que representan relaciones entre los hombres. Sin embargo, el valor de uso es un prerrequisito del consumo y no está de ningún modo excluido por Marx de la cadena casual de los fenómenos económicos.

-Valor de cambio
Es sólo en calidad de mercancías como los productos tienen valor de cambio. El valor de cambio aparece como una relación cuantitativa entre cosas. Esta relación es, en realidad, sólo una forma exterior de la relación social entre los propietarios de mercancías o entre los productores mismos. Así el trabajo tiene un carácter social que le es impreso por el acto de cambio, es decir; el cambio de mercancías es un cambio de los productos del trabajo de productores individuales.
El concepto de valor de cambio se aplica “sólo cuando las mercancías están presentes en plural” ya que expresa una relación entre mercancías. Una mercancía, en singular, es sólo un simple valor para Marx.
Una mercancía es un objeto de utilidad (valor de uso) y un valor. Como valor de uso una mercancía es un rasgo universal de la existencia humana. Como valor de cambio una mercancía es un rasgo común de una forma histórica concreta de sociedad distinguida del resto por dos características: la división del trabajo desarrollada y la producción privada.

-Trabajo y valor
Marx considera el trabajo como el “valor que yace oculto detrás” del valor de cambio. Petry expuso “Sólo una propiedad de la mercancía nos permite suponerla portadora y expresión de relaciones sociales, a saber, su propiedad como producto del trabajo”.
El trabajo tiene también dos aspectos; uno correspondiente al valor de uso y otro al valor de la mercancía que produce. A la mercancía como valor de uso corresponde el trabajo como trabajo útil. Pero sería un error suponer que el trabajo útil es la única fuente del valor de uso. La naturaleza coopera tanto activa como pasivamente en el proceso de producción de valor de uso.
Cuando Marx dice que el trabajo es la sustancia del valor habla siempre del trabajo considerado como trabajo abstracto.

-Trabajo abstracto
El trabajo abstracto es abstracto sólo en el sentido completamente recto de que se pasan por alto todas las características especiales que distinguen una clase de trabajo de otra.
Es, en pocas palabras, el equivalente de “trabajo en general”; es lo común a toda actividad humana productiva.
La sociedad capitalista se caracteriza por un grado de movilidad del trabajo mucho mayor que el que prevalecía en cualquier forma anterior de la sociedad. Puede ser que este cambio no tenga lugar sin fricciones pero es preciso que tenga lugar. Mucho más importante es el volumen total de la fuerza de trabajo social y su nivel general de desarrollo. De ellos dependen las potencialidades productivas de la sociedad.
En conclusión, se puede decir que la reducción de todo trabajo a trabajo abstracto permite ver claramente que el trabajo puede adoptar en un momento dado cualquiera una suma de fuerza de trabajo social que es susceptible de transferencia de un uso a otro de acuerdo con la necesidad social y de cuya magnitud y desarrollo depende en última instancia la capacidad productora de riqueza de la sociedad.

-La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor
La investigación revela que la mercancía en cuestión tiene de común con todas las demás el hecho de absorber una parte del total de la fuerza de trabajo disponible en la sociedad, es decir; todas ellas son trabajo abstracto materializado.
Lo cierto es que tanto la significación básica como las tareas principales de la teoría del valor cuantitativo son determinadas por el análisis cualitativo. Desde el punto de vista formal parece que la teoría del valor cuantitativo sólo se ocupa de descubrir leyes que rijan las proporciones relativas en que las mercancías se cambian unas por otras. Pero para Marx el valor de cambio es tan sólo la “forma fenomenal” bajo la cual se oculta el valor mismo. Como el mismo dijo “la magnitud del valor expresa… la conexión que existe entre cierto artículo y la parte del tiempo total de trabajo de la sociedad que se requiere para producirlo”.
La tarea central de la teoría del valor cuantitativo surge de esta definición del valor como magnitud. Los dos conceptos, “trabajo socialmente necesario” y “trabajo simple”, han estado al frente de casi todos los ataques a la economía política de Marx y pertenecen al aspecto cuantitativo de la teoría del valor.

-El carácter fetichista de las mercancías
El análisis de las mercancías conduce a ver en el valor de cambio una relación entre productores en un sistema determinado de división de trabajo, y en el trabajo particular de los individuos una parte integrante de la suma de fuerza de trabajo de la sociedad.
Las formas tienen la mayor importancia; la realidad se percibe en términos de forma. Una incapacidad para comprender, una falsa consciencia, cala en mayor o menor grado la estructura del pensamiento y este principio se aplica con fuerza peculiar a las mercancías y a la producción de mercancías. Las ideas a que esta forma de organización social da origen a menudo tienen sólo una relación remota y desnaturalizada con las relaciones sociales reales que yacen bajo ella. Marx fue el primero en percibir esto y darse cuenta a su importancia para la ideología de la época moderna en su doctrina del Fetichismo de la Mercancía. En la producción de mercancías la relación básica entre los hombres “adopta, a sus ojos, la fantástica forma de una relación entre las cosas”.
En las primeras etapas de producción de mercancías “esta mistificación es todavía muy simple” y, por tanto, es fácil descubrirla. Sólo cuando la producción de mercancías adquiere un desarrollo tan alto y una difusión grande el fenómeno de la materialización de las relaciones sociales adquiere importancia decisiva. Esto ocurre en las condiciones de un capitalismo relativamente avanzado, tal como lo sugirió en Europa Occidental durante los siglos XVII y XVIII. El productor individual trata con su prójimo sólo a través del “mercado”, donde los precios y las cantidades vendidas son las realidades sustanciales y los seres humanos no son más que sus instrumentos; “un estado de la sociedad en que el proceso de la producción tiene dominio sobre el hombre en lugar de ser controlado por él”. El orden social se convierte, según la adecuada expresión de Lukacs, en una “segunda naturaleza” que se mantiene fuera de los miembros de aquél y opuesta a ellos.
La aplicación de las ideas y los métodos de la ciencia natural a la sociedad es uno de los rasgos más notables del período capitalista. La materialización de las relaciones sociales ha ejercido una profunda influencia en el pensamiento económico tradicional, por lo menos en otros dos sentidos importantes. En primer lugar las categorías de la economía capitalista han sido consideradas como si fueran las inevitables categorías de la vida económica en general. Los sistemas económicos anteriores han sido vistos como versiones imperfectas o embrionarias de los capitalismos modernos y juzgados en consecuencia. El hecho de que la economía política moderna haya seguido con firmeza esta línea de conducta es la mejor prueba de su subordinación al fetichismo inherente a la producción de mercancías. Además, la atribución de poder independiente a las cosas no es en ninguna parte más clara que en la división tradicional de los “factores de producción” en tierra, trabajo y capital, de cada uno de los cuales se piensa que “produce” un ingreso a sus propietarios.
Es evidente que la forma de producción de mercancías constituye el velo más eficaz para ocultar el verdadero carácter de clase de la sociedad capitalista. Cada cual aparece ante todo como un simple propietario de mercancías con algo que vender. Como propietarios de mercancías todos ellos están en un plano de igualdad perfecta; sus relaciones mutuas no son las relaciones entre amo y siervo de un régimen de status personal, sino las relaciones contractuales entre seres humanos libres e iguales; el obrero está siendo explotado para beneficio de otros, por el contrario el mundo de las mercancías aparece como un mundo de iguales.
Esta es la apariencia. Es sólo mediante un análisis crítico de la producción de mercancías como podemos ver con claridad el carácter históricamente relativo de la justicia capitalista y de la legalidad capitalista.
La producción de mercancías ha creado la racionalidad económica de los tiempos modernos y esta racionalidad presupone un sistema económico sujeto a ciertas leyes objetivas.
El desarrollo de la producción de mercancías bajo las condiciones del capitalismo exhibe, por una parte, una intensa racionalización de sus procesos parciales y, por otra, una intensa irracionalidad del funcionamiento del sistema como un todo. Esta claro que nos encontramos aquí con una de las mayores contradicciones del régimen capitalista.
La teoría del valor cualitativo con su corolario en la doctrina del Fetichismo de la Mercancía es el primer paso esencial en el análisis marxista del capitalismo.


CAPÍTULO 3. EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

-El primer paso
En toda sociedad es esencial que el trabajo se aplique a la producción y que los productos sean distribuidos entre los miembros de la sociedad. Lo que cambia en el curso de la historia es el modo de organizar y llevar a cabo estas actividades de producción y distribución. El estudio del valor de cambio mismo es sólo el comienzo de la ciencia económica.
Las mercancías se cambian unas por otras en el mercado en ciertas proporciones precisas y absorben también cierta cantidad precisa (tiempo) de trabajo total disponible en la sociedad. Marx se pregunta sobre la relación de estos hechos y supone que existe una correspondencia exacta entre las proporciones del cambio y las proporciones del tiempo de trabajo.
Dos calificaciones:
- En la determinación del valor no debe tomarse en cuenta más trabajo que el “socialmente necesario”, necesario en las condiciones sociales existentes.
- El trabajo más calificado que el trabajo medio debe tener, correlativamente, una mayor capacidad de producir valor. Esto no significa que la relación entre dos tipos de trabajo sea determinada por los valores relativos de sus productos.
La relación entre los dos tipos de trabajo es teóricamente susceptible de medición de los valores de mercado de sus productos. Con lo cual topamos con dos posibilidades: el trabajador calificado es más proficiente o bien por una habilidad natural o bien por un entrenamiento superior.
“El Capital” de Marx contiene un capítulo dedicado a “Las mercancías” donde aborda el problema del valor cuantitativo. La primera aproximación contenida en la proposición de que las mercancías se cambian unas por otras en proporción a la cantidad de trabajo socialmente necesario incorporado en cada una.

-El papel de la competencia
El famoso ejemplo del ciervo y el castor de Adam Smith nos da un buen punto de partida. Los cazadores están preparados para dejar libremente la caza del ciervo por la del castor, si haciéndolo pueden mejorar su situación y además no hay obstáculo para ese cambio. Dada esta clase de competencia en una sociedad de producción simple de mercancías, la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla.
La teoría de la determinación de los precios por la oferta y la demanda concurrentes no sólo no contradice la teoría basada en el trabajo sino que más bien forma parte integrante, aunque a veces no aceptada, de ella.
Marx tendió siempre a darlo por supuesto. En otras ocasiones se ocupó de “la oferta y la demanda” en el sentido de un mecanismo destinado a eliminar las desviaciones entre los precios del mercado y los valores: “En el momento en que oferta y demanda se equilibran mutuamente, y, por lo mismo, cesan de actuar, el precio del mercado de una mercancía coincide con su valor real”.

-El valor de la demanda
A Marx se le acusa a menudo de haber ignorado el papel de la demanda. Si se desea conocer tanto la proporción del cambio como la distribución del trabajo es necesario contar con dos clases de información: en primer lugar, la información sobre el costo relativo del trabajo, y en segundo lugar la información sobre la intensidad relativa de la demanda de uno y otro. Dadas estas dos clases de información, es posible determinar lo que puede llamarse el equilibro económico general de la sociedad en cuestión.
Bajo el capitalismo, la demanda efectiva es sólo parcialmente una cuestión relativa a las necesidades de los consumidores. Como el propio Marx dijo la demanda social “está esencialmente condicionada por las relaciones mutuas de las distintas clases económicas y sus posiciones económicas relativas”. En la medida que se acepta la proposición de que la demanda del mercado está dominada por la distribución del ingreso parece que no podemos escapar del todo a la conclusión de que los problemas del valor deben ser abordados por la vía de las relaciones de producción más bien que por la vía de las valuaciones de los consumidores.
Se subrayó que Marx se interesaba principalmente en el proceso del cambio social. Desde este punto de vista, todo lo que es en sí mismo relativamente estable y sólo reacciona a los cambios que se producen en cualquiera otra entidad, no sólo puede sino que debe recibir un puesto secundario en el plan analítico. Es evidente que Marx pensaba que las necesidades de los consumidores entran en la categoría de elementos reactivos de la vida social. No es la conciencia de los hombres la que determina su existencia, sino que, por el contrario, su existencia social determina su conciencia.
Los “keynesianos” por ejemplo, prestan poca atención a los problemas del valor subjetivo. La demanda juega un papel muy importante dominado por la distribución del ingreso, por las relaciones de producción existentes.

-“Ley de valor” vs “Principio de planeación”
Lo que Marx llamaba “ley de valor” resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías que regula a) las proporciones del cambio de mercancía b) la cantidad producida de cada una y c) la asignación de la fuerza de trabajo a las diferentes ramas de la producción. Las fuerzas actuantes incluyen, por una parte la productividad del trabajo en las diferentes ramas de la producción y, por otra, las fuerzas equilibradotas de la oferta y la demanda concurrentes en el mercado.
Esto implica que una de las principales funciones de la ley de valor es la de aclarar que en una sociedad productora de mercancías a pesar de que existe el orden y simplemente el caos.
En la medida en que la asignación de la actividad productiva es sometida a un control consciente, la ley de valor pierde su pertinencia y su importancia; el principio de planeación la sustituye.

-El valor y el precio de producción
El precio según Marx es la expresión monetaria del valor. Los precios de producción son modificaciones de los valores.
Los precios de producción se derivan de los valores de acuerdo con ciertas reglas generales: las desviaciones no son arbitrarias ni carecen de explicación. La teoría del precio de producción no contradice la teoría del valor, sino que se basa directamente en ella.

-Precio de monopolio
El control de la oferta por el monopolista le permite aprovecharse de las condiciones de la demanda. La demanda adquiere una significación especial y tanto el precio como la cantidad producida son diferentes de lo que serían en un régimen de competencia. Además las discrepancias entre el precio del monopolio y el valor no están sometidas a ningunas reglas generales.
Las relaciones de valor cuantitativo son perturbadas por el monopolio; las relaciones del valor cuantitativo no.


CAPITULO 4. PLUSVALIA Y CAPITALISMO

Es importante no confundir la producción de mercancías en general con el capitalismo.
Bajo la producción simple de mercancías cada productor posee y trabaja con sus propios medios de producción: bajo el capitalismo la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro realiza el trabajo. Además, tanto los medios de producción como la fuerza de trabajo, son mercancías.
Las relaciones entre propietarios y no propietarios tienen el carácter de relaciones de cambio. La compra y venta de la fuerza de trabajo es la diferencia específica del capitalismo.
El productor vende su producto a fin de comprar otros productos que satisfagan sus necesidades específicas. Las mercancías constituyen el principio y el fin de la transacción.
Marx designa este circuito, simbólicamente como M-D-M. Bajo el capitalismo, el capitalista se presenta en el mercado con Dinero, compra Mercancías (fuerza de trabajo y medios de producción) y después de cumplido un proceso de producción, vuelve al mercado con un producto que convierte una vez más en Dinero. (D-M-D). El dinero es el principio y el fin. Es evidente que si la D del comienzo tiene la misma magnitud que la del fin, todo el proceso carece de sentido. El único proceso significativo desde el punto de vista del capitalista sea D-M-D´, en el que D´ es mayor que D. La transformación cualitativa del valor de uso es reemplazada aquí por la expansión cuantitativa del valor de cambio como objetivo de la producción. El incremento del dinero, la diferencia entre D´ y D es lo que Marx llama plusvalía: constituye el ingreso del capitalista como tal y suministra “el fin directo y el incentivo determinante de la producción”.
Para Marx la importancia decisiva de la plusvalía se debe a la forma histórica específica de la producción capitalista.

Para descubrir el origen de la plusvalía es necesario analizar el valor de la mercancía fuerza de trabajo. Cuando decimos que la fuerza de trabajo es una mercancía, no queremos decir que el trabajo mismo sea una mercancía. El capitalista compra la capacidad de trabajo del obrero, su fuerza de trabajo. El trabajo es el uso de la fuerza de trabajo.
Bajo el capitalismo, el hecho de que el contrato de trabajo sea legalmente limitado o terminable oscurece la realidad de que lo que hace el obrero es venderse por un periodo estipulado de tiempo.
Puesto que la fuerza de trabajo es una mercancía, ¿Cómo se determina el valor de esta mercancía?
El valor de la fuerza de trabajo se reduce al valor de una cantidad más o menos precisa de mercancías ordinarias. Es claro que la plusvalía no puede surgir del mero proceso de circulación de mercancías; los materiales que entran en el proceso productivo no pueden ser la fuente de la plusvalía.
Con su trabajo de un día el trabajador produce más que los medios de subsistencia de un día. En consecuencia, la jornada de trabajo puede dividirse en dos partes, trabajo necesario y trabajo excedente. Bajo las condiciones de la producción capitalista el producto del trabajo necesario va a poder del obrero en forma de salario, mientras que el capitalista se apropia el producto del trabajo excedente en forma de plusvalía. Lo específico del capitalismo es, no el hecho de la explotación de una parte de la población por otra, sino la forma que asume esta explotación, a saber, la producción de plusvalía.

El valor de cualquier mercancía producida en las condiciones del capitalismo se puede dividir en tres partes: la primera, que solo representa el valor de los materiales y la maquinaria usados, se le llama “capital constante” (c). La segunda parte, la que restituye el valor de la fuerza de trabajo “reproduce el equivalente de su propio valor y produce un excedente, una plusvalía, que puede variar, que puede estar mas o menos de acuerdo con las circunstancias. Esta segunda parte se llama capital variable y se le representa con la letra v. La tercera es la plusvalía misma, que se designa con la letra p.

c + v + p = valor total

La tasa de la plusvalía se define como la proporción de la plusvalía con respecto al capital variable, y se designa con una p´. La tasa de la plusvalía es la forma capitalista de lo que Marx llama la tasa de explotación, la proporción de trabajo excedente con respecto al trabajo necesario.
La magnitud de la tasa de la plusvalía es directamente determinada por tres factores: la duración del día de trabajo, la cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo. El primero establece el tiempo total que debe dividirse entre el trabajo necesario y el trabajo excedente, y el segundo y tercero juntos determinan cuanto de ese tiempo debe contarse como trabajo necesario.

La composición orgánica del capital es una medida de la amplitud en que el trabajo es provisto de materiales, instrumentos y maquinaria en el proceso productivo.

Para el capitalista la proporción crucial es la tasa de la ganancia o, en otras palabras, la proporción de la plusvalía con respecto al desembolso total del capital.


CAPÍTULO 5. LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA

Es útil y necesario, para fines teóricos, imaginar un sistema capitalista que no sufra ningún cambio.
Quesnay fue el primer economista que intentó hacer una presentación sistemática de la estructura de las relaciones existentes en la producción capitalista. Marx se vio muy influido por Quesnay, del que tomó sus ideas para después crear su propio análisis de la estructura capitalista, al que llamó Reproducción Simple.
La Reproducción Simple se refiere a un sistema capitalista que conserva indefinidamente las mismas dimensiones y las mismas proporciones entre sus diversas partes. Para que se cumplan estas condiciones es necesario que los capitalistas repongan cada año el capital gastado o usado y empleen toda su plusvalía en el consumo; y que los obreros gasten todo su salario en el consumo. Si no se dieran estos requisitos tendría lugar una acumulación o bien un agotamiento de la existencia de medios de producción.
Este plan tiene como punto fuerte la interconexión existente entre la producción total (medios de producción y artículos de consumo) y los ingresos (plusvalía y salario).
Trata de mostrar la estructura de las ofertas y las demandas en términos de las clases de mercancías producidas y de las funciones de quienes perciben los ingresos.
En resumen, el plan sirve de cimiento para un análisis posterior de las discrepancias entre la oferta y la demanda.

-La Acumulación: el análisis marxista
La Reproducción Simple implica en el capitalista su interés en ampliar el capital, y esto lo consigue convirtiendo una parte de su plusvalía en capital adicional. Su capital acrecentado le permite apropiarse más plusvalía aún, que a su vez convierte en capital adicional y así sucesivamente. Este proceso se denomina Acumulación del Capital y es una de las bases del desarrollo capitalista.
El mayor poder de acumulación (plusvalía) corresponde al capitalista que emplea los métodos técnicos más avanzados y eficientes. En consecuencia, el afán de perfeccionamiento es general. Pero los nuevos métodos de producción son más caros y vuelven anticuados y sin valor a los medios de producción existentes.
El camino del éxito y de la acumulación social pasa a través de la acumulación, y quien rehúsa a participar en la competencia está en peligro de perderlo todo. Sin embargo, este deseo de acumular no excluye el deseo paralelo, y en parte derivado, de aumentar el consumo.

Marx compara las ideas de acumulación y consumo con las teorías de la abstinencia y la espera.
1. La primera considera que es penoso para el capitalista abstenerse de consumir a efecto de acumular. Contra esto Marx sustenta la opinión de que acumular capital es un fin positivo.
2. La segunda afirma que los capitalistas desean consumir todo lo que poseen, no lo hacen porque esperan poder consumirlo con interés en el futuro.
Ambas teorías operan como defensa de la plusvalía y por lo tanto, del statu quo.

-El Valor de la Fuerza de Trabajo
Marx se interesa por la demanda acrecentada de fuerza de trabajo que va implícita en el proceso de acumulación, tomando las relaciones de oferta y demanda que son necesarias para mantener el equilibrio de la Reproducción Ampliada (ésta se diferencia de la Reproducción Simple en que muestra la interrelación de oferta y demanda cuando los capitalistas no consumen del todo la plusvalía).
La acumulación implica un aumento en la demanda de fuerza de trabajo; ahora bien, cuando aumenta la demanda de una mercancía su precio no sube asimismo, y esto lleva consigo una desviación del precio respecto del valor.
En la Reproducción Simple la fuerza de trabajo se vende en su valor. Sin embargo, si se tiene en cuenta la acumulación, esto deja de ser así. La acumulación eleva la demanda de fuerza de trabajo y ya no es lícito suponer la igualdad entre los salarios y el valor de la fuerza de trabajo. Si no hay fuerzas en acción que conserven los salarios iguales al valor de la fuerza de trabajo, ¿qué razón hay para suponer la existencia de esta brecha esencial entre los salarios y el valor del producto?
La respuesta que da Marx a esta pregunta se encuentra en su teoría cuantitativa del valor y la ganancia.

-La solución de Marx: el ejército de reserva del trabajo
Marx sabía de la tendencia de los salarios a subir bajo el impacto de acumulación de capital. Pero este aumento “no puede alcanzar el punto en que amenace al sistema mismo”, así pues, ¿qué es lo que detiene los salarios, de tal modo que la plusvalía y acumulación puedan seguir siendo los rasgos característicos y esenciales de la producción capitalista? ¿qué es lo que mantiene los salarios iguales al valor de la fuerza de trabajo?
La solución de Marx a este problema la denomina Ejército Reserva del Trabajo, consistente en obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado, ejercen una presión constante, hacia abajo, en el nivel del salario. El ejército de reserva se recluta entre aquellos que han sido desplazados por la maquinaria.
El capitalista al introducir maquinaria no hace más que tratar de reducir su nómina de pagos. Esto provoca desempleo, que a su vez actúa sobre el nivel del salario mismo. De ahí que mientras más fuerte sea la tendencia de los salarios a subir, más fuerte será la presión del ejército de reserva para contrarrestarla, y viceversa.
La mecanización significa un aumento en los gastos de los capitalistas en maquinaria y materiales, a expensas del trabajo. Puede significar un descenso absoluto en la demanda de trabajo, o que la demanda de trabajo se retrasa con respecto al aumento del capital total.
La maquinaria que ahorra trabajo “libera” obreros sin liberar el capital variable necesario para su empleo en otras partes, y por tanto, su reempleo depende de la acumulación adicional.
Junto a la eliminación del trabajo por la maquinaria, las crisis y las depresiones toman su lugar como mecanismo capitalista específico para reconstruir el ejército de reserva cada vez que éste se ha reducido a proporciones peligrosas. Para Marx el capitalismo sin crisis sería inconcebible.
En la fase de prosperidad del ciclo económico el empleo industrial gana a expensas del ejército de reserva. La crisis y la depresión corresponden a una contracción del empleo industrial mientras el ejército crece. Para Marx el sistema de producción incluye tanto el empleo industrial como el ejército de reserva.
Sea como sea, el sistema contiene en sí mismo un mecanismo para regular el nivel de los salarios y, por lo tanto, para mantener el de las ganancias.

-La naturaleza del proceso capitalista
La economía política clásica se inclinó a predecir el fin inminente del progreso económico: la acumulación estimula indirectamente el desarrollo de la población, el aumento del número de habitantes obliga a recurrir a tierras inferiores, las cosas necesarias para la vida sólo pueden producirse, por consiguiente, a un costo sin cesar creciente. Esto implica un alza en los salarios y también un descenso de la ganancia.
Finalmente la acumulación por los capitalistas cesará del todo cuando sus ganancias sean tan bajas que no representen para ellos una compensación adecuada por las molestias y los riesgos que afrontan empleando su capital en forma productiva.
El progreso económico debe ser finalmente detenido por dos leyes naturales: la ley de la población y la ley de los rendimientos decrecientes; dando lugar a un estado estacionario.

El desarrollo de la teoría económica de Marx es distinto. Incluye en su teoría el principio del ejército de reserva en vez de la ley de la población, y así rompe con la tradición clásica.
En Marx los cambios en los métodos de producción se convierten en condiciones necesarias para prolongar la existencia de la producción capitalista, puesto que es a través de las innovaciones tecnológicas como se recluta el ejército de reserva y sólo por su existencia pueden sobrevivir la plusvalía y la clase que ella sostiene.


CAPITULO 6. TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA

La tasa de la ganancia puede expresarse en términos de la tasa de plusvalía y la composición orgánica del capital, con la fórmula siguiente:

g = p’ (1-o)

Siendo:

g = tasa de la ganancia
p’ = tasa de plusvalía
o = composición orgánica del capital

Si la composición orgánica del capital sube, la tasa de la ganancia tiene que bajar.

Esta es, en muy pocas palabras, la sustancia de lo que Marx llama la Teoría de la Ley. Demostraba que ciertos obstáculos internos se oponían al desarrollo indefinido de la producción capitalista.
Una composición orgánica ascendente del capital es la expresión de la creciente productividad del trabajo y una tasa de la ganancia descendente que la acompaña tiene que cerrar al fin los cauces de la iniciativa capitalista.

Marx enuncia 5 causas que contrarrestan y anulan la ley general de la tasa descendente de la ganancia:

1. Abaratamiento de los elementos del capital constante: el uso creciente de maquinaria, elevando la productividad del trabajo, disminuye el valor por unidad del capital constante
2. Aumento de la intensidad de la explotación: hace hincapié en la prolongación de la jornada de trabajo que eleva directamente la tasa de plusvalía
3. Depresión de los salarios mas bajos de su valor
4. Sobrepoblación relativa: el uso creciente de maquinaria deja libres a cierto número de trabajadores. Esto conduce a una mayor construcción de nuevas industrias con una composición orgánica del capital relativamente baja y por lo mismo una tasa de la ganancia relativamente alta.
5. Comercio exterior: se adquieren materias primas y artículos necesarios más baratos que si se produjeran en el país


Una composición orgánica ascendente del capital va de la mano con la creciente productividad del trabajo. Si la tasa de plusvalía permanece invariable, esto significa que tiene lugar una elevación de salarios reales exactamente proporcional al aumento de la productividad del trabajo.

No solo Marx, sino los teóricos clásicos e incluso los modernos, han considerado una tendencia descendente de la tasa de la ganancia como un rasgo básico del capitalismo.
Lo único que ha querido poner de manifiesto es que no es posible demostrar una tendencia descendente de la tasa de la ganancia comenzando el análisis por la composición orgánica ascendente del capital.


CAPITULO 8. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

Marx nunca perdió de vista el problema de la crisis. “La crisis real puede explicarse solo por el movimiento real de la producción capitalistas, de la competencia y el crédito”

La función y propósito del dinero es dividir el acto del cambio en dos partes que, por la naturaleza misma del caso, pueden estar separadas en el tiempo y en el espacio.
El uso de la moneda permitió vender y comprar a antojo del hombre. De este modo se ahorra tiempo ya que el productor no está obligado a buscar a alguien que necesite lo que él tiene y a su vez que tenga lo que él necesita.
La organización de la producción por medio del cambio privado, lleva consigo la posibilidad de una crisis.

La Ley de Say sostiene que a una venta le sigue invariablemente una compra por igual cantidad., es decir, que no puede interrumpirse la circulación M-D-M y por lo tanto no puede haber crisis ni sobreproducción.
Con esta Ley, Marx quería eliminar toda duda sobre la naturaleza de la posibilidad formal de las crisis y la sobreproducción en las sociedades productoras de mercancías.

La forma de circulación M-D-M que es característica de la producción simple de mercancías, se convierte bajo el capitalismo en D-M-D.
La forma específica de la crisis capitalista es una interrupción del proceso de circulación provocada por un descenso en la tasa de la ganancia más allá de su nivel ordinario.